Bárbara Streisand guauuuuuuuuu…. Así con las pilas cargadas me he levantado hoy… ¡Con lo que a mi me gusta la cama, y hoy me levanto de un salto pensando que me espera La Central Lechera! ¡Quién te ha visto y quién te ve, Mari Carmen…!
Las siete de la mañana, no estoy nerviosa, algo raro en mí. Por fin me voy a enfrentar yo solita a lo que me parece todo un reto: empiezo mi periodo de prácticas en una empresa de Salerno, Italia. No conozco a ninguno de los que van a ser mis compañeros, no domino el idioma, tampoco tengo más experiencia que la de Vegatomate, pero no tengo miedo.
Me preparo y me voy a la parada del autobús como una trabajadora más.
Mi primer contacto con la empresa resulta muy bueno. Los trabajadores entienden que mi italiano no es bueno, y como ven que le pongo mucho empeño, me relajan haciendo bromas sobre los españoles y nuestro acento.
No puedo decir que haya trabajado mucho el primer día, todos estaban pendientes de mí, me han contado la historia de la fábrica, me han explicado cómo funciona, cuál es su organigrama y las necesidades que cubren dentro de su radio de actuación.
Y SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, puedo decir que me gusta mi empresa, mis compañeros y estoy segura de que voy a estar encantada con el trabajo… ¡Vaya, que estoy radiante!
